No tengo ganas de escribir y, curiosamente, no se me ocurre nada mejor que hacer.
Hace
un día completamente invernal. Con su ausencia de luz. Solo apetece
recogerse dentro de una manta calentita, cerrar los ojos y dormir hasta
que llegue la primavera.Un día tan solo son veinticuatro horas, que desfilan cada vez más veloces una detrás de la otra.
El último verano.
1 comentario:
A veces las palabras salen a pesar de todo, tienen su vida propia.
Un beso, calentito.
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