En el inicio del año nuevo celta, he hecho un pequeño viaje hasta el mar de la amistad.
He descubierto la belleza de la luz del otoño en una playa.
Recordaré el abrazo de un oso invitándome a bañarme desnuda.
Las hojas en la carretera bailaban a nuestro paso.
Sentimos el vértigo de la altura y la belleza juntas.
Brindamos con vino por nuestra amistad.
A los mandos de mi nave, manejo mi vida.
Solo queda vivir, a la espera de encontrarnos a nosotros mismos.
Ojalá nos encontremos, mi amigo, mi refugio.
Ojalá nos encontremos, mi amigo, mi refugio.
1 comentario:
Que hermoso mar, el de la amistad y qué mejor que llevar como buena capitana el timón por sus aguas. Seguro que, antes o después, de esa manera una llega a sí misma, y ahí todo puede ocurrir.
Un abrazo y buena ruta.
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