sábado, 4 de julio de 2009

Buena gente

Hay por el mundo buena gente. Pequeños puntitos en el universo, más brillantes que los demás (la mala gente no se ve, son como agujeros negros, que si te acercas te absorben y desapareces). Estos puntitos brillantes, igual no los ves si no estás lo suficientemente cerca, pero iluminan muchas vidas, haciéndolas mejores, y haciéndonos mejores a otros...
Yo no sabía que estaba tan cerca de alguna de ellas, hasta que, de repente, me deslumbré el otro día. Algo intuía, supongo que era esto... Es lo que tiene recuperar el sexto sentido, y los otros cinco, que ayudan bastante!!!
Ahora tengo un pequeño problema con el séptimo... ese que va y viene y tanto quebranto causa y sin el que tampoco se puede vivir, pues la vida sin él pierde un poco de sentido, eso contando con encontrarlo (el sentido de la vida, el común y el menos común).
Ahora voy a compartir un poco de vida y de ilusión y de alegría con un par de amigas que me necesitan tanto como yo a ellas.

jueves, 2 de julio de 2009

Ixone

Qué bien que ya ha salido el sol. Aunque curiosamente lo que ha hecho es esconderse tras las nubes movedizas que son arrastradas por un viento que sopla bastante fuerte, llevándose, de paso, todo el mal rollo. Cuando vuelva a brillar estaré preparada para disfrutarlo, claro que sí. No hay como una tarde de curro a elección para sacarse la porquería de encima. Donde menos te lo esperas encuentras una palabra amable que te saca de la oscuridad, como una pequeña llama. Estoy tan contenta de reencontrarme. He estado tan perdida. Yupi.

¿Otra vez?

No me salen las palabras. Tengo un nudo en la garganta y las lágrimas pugnando por salir. No sé qué me pasa. Bueno, sí que lo sé, pero no quiero saberlo. No quiero reconocerlo. Que luego duele más. El tiempo pasa rápido, se me escapa de las manos, como arena entre los dedos y no puedo hacer nada para detenerlo ni para volver atrás. Solo espero estar mejor mañana. Seguro. Tengo miedo de volver a cometer los mismos errores. No sé cómo corregirme. Cuesta tanto todo. Tengo que irme a dormir, pero los sueños me acosan hasta acabar confundiéndome más. Así no hay quien descanse. Espero agotarme tanto la próxima semana que no tenga fuerzas ni para soñar.