viernes, 4 de septiembre de 2009

Aviso para navegantes

Este blog no contiene nada de interés para nadie que no sea yo misma.
No habla de cultura, ni de política, ni de música, ni de cine.
No tiene más gracia que la que me hace a mí misma plasmar lo que siento en momentos concretos, con la sensación de exhibicionismo que supone hacerlo con este tipo de herramienta.
Habrá quien, porque me conoce, entienda algo de lo que digo, en algunos casos ni eso.
La mayoría de mis amistades no conoce siquiera la existencia de este blog.
Es únicamente para mi disfrute.
Por tanto me choca la cantidad de visitas que tiene.
Teniendo en cuenta el poco interés, me parecen muchas.
Me gusta mucho navegar por los enlaces de los blog de los demás.
Voy al de un amigo, de allí salto a otro que me resulte sugerente por el nombre, por ejemplo, de un vistazo elijo otros cuantos, siempre encuentro alguno interesante, pero no los apunto, así que después, los olvido. A veces hago comentarios. Otras ni me atrevo por lo sesudo de los contenidos y los sesudos comentarios. Tan bien escritos y tantos.
De los enlaces que tengo colocados ahí, en el lado derecho, algunos son descubrimientos, la mayoría son amigos, a los que tampoco visito mucho, dicho sea de paso.
Me pierdo en otras cosas. Sobre todo en mi propia cabeza. La mayoría del tiempo lo dejo correr jugando al scrabble online, mientras pienso palabras con esas pocas letras y le doy vueltas a la cabeza con otras cosas.
Cuando salgo a navegar en el mar cibernético, me siento chiquita, ignorante. Acabo siempre con la sensación de que soy mediocre, poco original, escribo justito, vamos que se me cae el ego a los pies. Así que suelo hacerlo cuando estoy ya baja de por sí.
En cambio cuando escribo es porque estoy subida. Subida a la parra que dirían.
¿Hoy estoy subida? Pues sí. Motivos tengo. Pero claro, son míos.
No os los voy a contar. ¿A quién? A quién ose entrar a leer sancedes de buena mañana o buena noche, escritas por una chiflada de la vida, que cree, ante todo, que estamos para disfrutar y que, el que disfruta jorobando, es un cabrón y debería morirse.
Y ya vale por hoy.
Estoy esperando una llamada, ejercitando la virtud de la paciencia que se me da fatal y esperando verlas venir y que sean buenas y bonitas.
Me encanta la y.