martes, 23 de febrero de 2016

Y me dijiste...

Siempre merece la pena vivir.
Vivir para buscar estos momentos, como exploradores de la existencia.
Quiero estar tan dentro de ti que no sepamos donde acaba uno y empieza el otro.
Que tus pensamientos controlen mi cuerpo y tu cuerpo controle mi mente.
Mi mente es un torrente. Un flujo atronador.
Con solo entornar los ojos me invaden las palabras.
Y me transportan al mundo donde residen los deseos.
Desde allí puedo sentirte.
Como si pudiera acariciar tus pensamientos y transmitir con cada palabra el fuego de mi pasión.
Solo necesitas pensar para hablarme. Porque puedo sentir lo que deseas. Confundirme contigo. Compartir contigo la corriente creadora de mi pensamiento.
Puedo comprenderte a un nivel tan emocionante que casi te puedo sentir dentro de cada célula.
Es una sensación poderosa.
Como acariciar el alma de otra persona.

Quiero emocionarte con cada palabra.
Quiero hacerte sentir como tú me haces sentir.